Benjamín
Poema publicado el 20 de Enero de 2010
Benjamín
(Acróstico)
¡Bienvenido a mi vida!
Te dije mientras mis manos te cobijaron aquel primer minuto de tu existir.
Me buscaste ansioso con la mirada para tratar de verme
Y leí en tus ojos inquietos que tu solo querías vivir.
Eres mi alma desde aquel primer día
Y prometí cuidarte con todas las fuerzas de mi ser
Eras el mas pequeño y tu nombre te describía
Eras tan bello niño mío, como el verano de tu nacer.
Nada se comparaba a ti; tan lleno de vida en cada latir.
Tus pupilas impacientes recorrían todo sin parar
Deseoso de ver cada nuevo amanecer
Anhelante de sentir, de correr, de reír y de amar.
Juega niño mío,
Por que eres aquel que la vida eligió
Para surcar el firmamento de lo imposible
Con la fuerza del alma que el destino te dio.
Abre tus alas y vuela tan alto como quieras
Por que tu existencia no tiene punto final
Tan sensible como la más sutil poesía
Intenso como un río, transparente como cristal.
Mi pequeño ruiseñor
Vuelan tus dedos sobre cuatro cuerdas de metal
Armónico creador de dulces notas
Osado aventurero, romántico músico magistral.
Imaginarte puedo
Escalando sueños o solista Cello de un teatro lleno.
Construyendo el mundo o superando el cielo.
Sin importar quien fueras, serás siempre un hombre bueno.
Nunca estarás solo mí amado bien.
Seré tu compañero, tu consejo y tu abrigo.
Al mirarte me veo en ti a cada instante
Somos almas gemelas y sin importar las distancias,
Te amo, te amaré y estaré siempre contigo.
Cariñosamente, Papá.
Mauricio Garcés
Enero 20 de 2010.
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Poema publicado el 20 de Enero de 2010
Benjamín
(Acróstico)
¡Bienvenido a mi vida!
Te dije mientras mis manos te cobijaron aquel primer minuto de tu existir.
Me buscaste ansioso con la mirada para tratar de verme
Y leí en tus ojos inquietos que tu solo querías vivir.
Eres mi alma desde aquel primer día
Y prometí cuidarte con todas las fuerzas de mi ser
Eras el mas pequeño y tu nombre te describía
Eras tan bello niño mío, como el verano de tu nacer.
Nada se comparaba a ti; tan lleno de vida en cada latir.
Tus pupilas impacientes recorrían todo sin parar
Deseoso de ver cada nuevo amanecer
Anhelante de sentir, de correr, de reír y de amar.
Juega niño mío,
Por que eres aquel que la vida eligió
Para surcar el firmamento de lo imposible
Con la fuerza del alma que el destino te dio.
Abre tus alas y vuela tan alto como quieras
Por que tu existencia no tiene punto final
Tan sensible como la más sutil poesía
Intenso como un río, transparente como cristal.
Mi pequeño ruiseñor
Vuelan tus dedos sobre cuatro cuerdas de metal
Armónico creador de dulces notas
Osado aventurero, romántico músico magistral.
Imaginarte puedo
Escalando sueños o solista Cello de un teatro lleno.
Construyendo el mundo o superando el cielo.
Sin importar quien fueras, serás siempre un hombre bueno.
Nunca estarás solo mí amado bien.
Seré tu compañero, tu consejo y tu abrigo.
Al mirarte me veo en ti a cada instante
Somos almas gemelas y sin importar las distancias,
Te amo, te amaré y estaré siempre contigo.
Cariñosamente, Papá.
Mauricio Garcés
Enero 20 de 2010.
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