Tu cristo
Poema publicado el 25 de Septiembre de 2010
Arranca, por piedad, con fina mano
Ese agónico Dios pálido y bello,
Ese Don Juan que su escultor profano
Crucificó en marfil para tu cuello.
Si está arriba su cielo y su grandeza
Por qué miran sus ojos hacia el suelo,
Vio tanto al inclinarte tu belleza
Que en el infierno colocó su cielo.
Mirarle tan desnudo me condena
Me condena a mirar su sensualismo,
Y temo que se rompa la cadena
Y se pierda ese Dios en el abismo.
Arranca, por piedad, con brusca mano
Ese pícaro Cristo por quien peno,
Y dame ese calvario tan humano
Para morir así sobre tu seno.
RAFAEL RAMOS NÀPOLES
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Poema publicado el 25 de Septiembre de 2010
Arranca, por piedad, con fina mano
Ese agónico Dios pálido y bello,
Ese Don Juan que su escultor profano
Crucificó en marfil para tu cuello.
Si está arriba su cielo y su grandeza
Por qué miran sus ojos hacia el suelo,
Vio tanto al inclinarte tu belleza
Que en el infierno colocó su cielo.
Mirarle tan desnudo me condena
Me condena a mirar su sensualismo,
Y temo que se rompa la cadena
Y se pierda ese Dios en el abismo.
Arranca, por piedad, con brusca mano
Ese pícaro Cristo por quien peno,
Y dame ese calvario tan humano
Para morir así sobre tu seno.
RAFAEL RAMOS NÀPOLES
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