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Increiblemente pequeños poemas diversos, esperanzados o no - Poemas de Virgilio A. Cepeda



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Increiblemente pequeños poemas diversos, esperanzados o no
Poema publicado el 11 de Enero de 2011


TITULO:
INCREÍBLEMENTE PEQUEÑOS POEMAS DIVERSOS ESPERANZADOS O NO



AUTOR:
VIRGILIO ANTONIO CEPEDA HERNÁNDEZ

Documento

Nosotros girábamos alrededor de centenares de mañanas cargadas de frías lloviznas
incontables atardeceres abrumados por el cansancio jorobante
de las noches apenas nos enterábamos
eran tan breves
incluso tan dóciles que se adherían a nosotros hasta vencernos
pretendiendo no ser detectada por el sol fluyente
girábamos alrededor del sol y no nos dábamos cuenta
aquello era tan rápido y silencioso
que no pudimos contar nuestras partidas
nuestros incesantes regresos
todo pasaba entre escuelas y lomos de caballos trotones
tomar un baño en el río apresurado
porque pronto amanecería y había que despertar la hierva húmeda y fría
y el domingo en la misa soportar el lloriqueo de los más fieles
aquellos que no dormían en el día por la tienda o el almacén
y en las noches implorando para que el negocio marchara mejor
por tanto no tenían tiempo para pensar en dios
claro había además entre nosotros un atractivo
el tren que rodaba ida y vuelta con el mismo ronquido que hoy añoramos 
y nosotros lloriqueábamos solo para que amaneciera más rápido
y así correr la aventura del domingo
ir de pesca al mismo río que gemía de pies a cabeza
jugar al baseball o marotear en la finca de José del Orbe
mientras él jugaba gallos en la gallera del pueblo
por supuesto que esto que digo se ha ido corroyendo en el tiempo
tanto es así que ya José no está después de casi un siglo de andanzas
hasta casi jorobarse
y nosotros nos marchamos como hileras de aves migratorias
a veces regresamos empujados más por el recuerdo que por el deseo 
porque a decir verdad sin Gil José Almonte
aquel sonriente compueblano juguetón estudiante y callejero
barbero dejó de ser la columna que abrazábamos con dedos cruzados de pies y manos
es difícil concluir en este breve recorrido por el recuerdo que nos acorrala
quizás tenga que recurrir a Cuchito Álvarez  a Felito Brens o Fefelo el flaco para refrescar la memoria enmohecida
y si le toco la puerta a Ricardo Taveras o Gissela
se que viajarán conmigo hasta ayer
hasta el pasado
hasta el pulmón de la ciudad envejecida
y respirar con ella el mismo aire
el aire que necesitamos como identidad
se que cada uno de ellos es un pedazo de la ciudad que añoramos
un pedazo del ferrocarril que avistábamos casi siempre a la misma hora
una rueda del engranaje de la ciudad traviesa y concurrida
también tocaría las puertas de Mario cesar Hedel Cordero  Danilo
y cambiaríamos el eje cartesiano de esta ciudad arangutanada
y el sur sería el norte
y el río sería el arroyo
y la sabana perdida en la lejanía sería como un cielo verde
si le pregunto a Nolasco
el novelista
el radiotécnico
podría decirnos sobre la ciudad entristecida que guardamos hace tiempo
aquella ciudad que puntualmente habría sus ojos al amanecer
podría decirnos también si todavía anuncian que las siete ha comenzado a recorrer sus ensordecidos pasos
si las luciérnagas se forman todavía como perros lanudos o vía latea a lo largo
de la espesura de los caminos anochecidos
si los ojos de las muchachas domingueras en las noches del parque
dejaron de ser una constelación sorprendida
una constelación acorralada por los jóvenes obstinados
si ya el cocuyo no viene en las noches a nuestras manos a traernos miedo o ternura
y de seguro encontraré a alguien que dirá que en las noches escucha las ruedas
del tren crujir en el recuerdo de las vías
mucha gente dirá muchas cosas
incluso preguntarán quien soy
pero esperaré llegar a casa para transcribirlas en este alfabeto tácito
igual que como transcribimos los cuentos memorizados para hacer más leales
el camino y el  futuro que serán nuestros cómplices
y que no se olvide
porque la verdad es que no recuerdo
cuando comencé a recorrer lo que hoy he visto
a conocer lo que hoy conozco
cuando comencé a oír lo que  hoy me han contado de la tristeza
que dejó el último día que recuerdan
que habría pasado sin aquellos cómplices recurrentes
incluso los anónimos que dejaron su canto sin pentagrama impreso en el lenguaje cotidiano.






Tiempo infinito


Me preguntas porque llevo contados los pasos
quejumbrosa la mirada y el canto triste
y te respondo
yo llevo contados los pasos
quejumbrosa la mirada y el canto triste
porque llevo conmigo colgando de la memoria un pedazo del ferrocarril
perdido en el tiempo infinito del recuerdo que no recuerdo
y si me preguntas porque voy y vengo sin paraguas 
sin sol
yo te respondo
yo voy y vengo sin paraguas
sin sol
porque cuando llueve aprovecho para navegar en las aguas
que recorren las aceras hasta el recodo
sin embargo
si me preguntas porque llevo atrapada la aurora conmigo
yo te respondo
yo llevo atrapada la aurora conmigo porque ella habita en tus ojos
marcados exactamente con la referencia del arcoiris.





















Donde están


Donde están las cuerdas desafinadas y temerosas de las guitarras entonadas
en las madrugadas lloviznosas y melancólicas
donde están las voces declamantes
y la tristeza
porque al final nadie abrió la puerta
encendió una luz
o murmuró un agradecimiento
era que la casa estaba sola
o el miedo de la muchacha adolescente le atrapó las manos y la garganta.

























Voy cabalgando


Voy cabalgando como el jinete del Apocalipsis
en tránsito por el calendario intolerante
este calendario que me despide
que me empuja
que auspicia mi partida
este calendario que amenaza con borrar
mis cinco dedos marcados en las paredes
en el suelo árido y vibrante
en cada una de mis veloces carreras
estos cinco dedos marcados en tu espalda labrada tan temprano
este calendario que solo quiere dejarme en el recuerdo de los que se enteraron
y recuerdan que existo.


























Todos tenemos


Todos arrastramos una escalera apoyada en las nubes
por la que ascendemos o descendemos verticalmente
a veces sin propósitos preclaros
esta escalera hacinada a mi espalda
por la que siempre ascendemos con entusiasmos
y que a veces descendemos por gravedad
esta escalera no nos permite subir un peldaño más
pues es muy frágil
tan frágil que no soporta la tormenta de nuestro entorno.






















El tiempo


No hay atajos en el calendario posibles
ante nosotros el tiempo se agiganta
y nos hace añicos con sus pies de elefante en su marcha indetenible
el tiempo no tiene capítulos como la historia
ni líneas entrecortadas como tú y yo
no tiene carácter por tanto no es tempestuoso
tampoco rota con la tierra 
con las nubes y con el viento alrededor del sol
porque el tiempo no tiene sombras
ni soles
ni penumbras
ni universo
él es la continuidad de sí mismo
tampoco tiene temor
por lo tanto no mira hacia atrás
ni se desvía
ni silba como el viento
ni se agacha como el rumor
no se acoteja la cartera porque ni siquiera tiene bolsillos
tampoco tiene sacos como el olvido
ni baúles como el recuerdo
el tiempo no te manda a la porra
pero te ayuda
y aquí aflora algo de la sensibilidad que no se ha propuesto porque no la tiene
el tiempo no tiene memoria
por tanto no le dejemos las cosas al tiempo que es insensible
tan insensible que no le importamos tu y yo.















Fugitivo


Yo he sido un fugitivo a quien nadie jamás ha perseguido
he cabalgado de lugar en lugar
de sombra en sombra
de sol en sol
he aprovechado la travesía para crecer
multiplicarme
y añorarte sin saber que tu existía realmente
y aquí estoy frente a ti
en el ángulo superior derecho de este eje cartesiano
que tú  trazaste riesgosamente
tan riesgosamente que me tiene atrapada la palabra.


























Desde siempre


Desde siempre
hemos usado la mañana para despertar
recoger silencios y temores hasta que suenan las siete
el perro aúlla y partimos en el diario vivir con neumáticos más que inflados
recorremos un largo trecho de aires enrarecidos
de multitudes sin venturas
capaces de controlar las horas minuto a minuto mientras llega el autobús……
de multitudes que transitan veloces de circunstancia en circunstancia
de lluvia en lluvia
de longitud a longitud
de sueños en sueños.

















Vendrán


Cuando ya tengamos la mirada encorbada y el busto entristecido
no  miraremos a los ojos de los transeúntes
aunque entre ellos estés tú
y una señal de los que vendrán
aquellos que nos siguen arrastrando la inocencia en su sonrisa
aquellos que nos asechan
que nos empujan inmisericordemente sin saberlo
podrán reírse inocentemente de nuestras arrugas
y de los sueños que siempre nos olfatean y nos persiguen
de los inagotables bostezos después de almuerzo
nosotros les llamaremos con el énfasis de la autoridad del juego
y ellos se marcharán indiferentes y juguetones
porque nadie los empuja por lo menos con asechanzas.

















Entonces


Cuando el grito deje de ser una paloma mensajera
y las osadías no nos revoloteen el estómago
entonces estaremos soportando la democracia
esa democracia de palcos y graderías
de entusiasmos y desentusiasmos
donde ya la gente no nos entibia el alma
con amor  luz y flores
donde por demás regateamos un beso echado al viento por la muchacha sólida
y graciosa
desde el desván  acrisolado de su casa
no hay sorpresas en lo que trae el viento perturbado
él tiene canales marcados como cicatrices históricas
a pesar de ello no tiene prejuicios como los abanderados
como los radicales de la palabra torcida
del gesto nauseabundo y compungido de su entorno
como aquellos que dejaron el discurso sin palabra
y destruyeron como alcahuetes el sentido correcto del lenguaje
desde la trinchera extemporánea con la revuelta súbita y el matrimonio con la gloria
sus verbos no evolucionaron con la historia
mucho menos con la historia patria
fueron conjugados en el mimo tiempo pasado como yo hice nosotros hicimos
en tiempo futuro como yo haré nosotros haremos
pero nunca como ellos hicieron  ellos harán
ellos viven en la cúpula de la metafísica con la retórica estrangulada.





















Ahora no puedo


Quiero crear una nueva frontera muy cerca de ti
un nuevo eje cotidiano
en tu mismo centro de gravedad
donde tú eres el hábitat descubierto a tiempo
ahora no puedo retroceder en la palabra hecha de realidades contundentes
quiero retorcerme en tus huellas más recientes
y gorjear en tu pecho como lo hacía de recién nacido.














Abril


Que bueno que no tuvimos que encubrirnos con la capa ensangrentada de abril
con la capa ensangrentada de esta retorcida retórica del discurso
antagonizada por la fantasía cavernaria de los remanentes del estiércol
de los que ahora quieren desenterrar la oxidada vanguardia
cuya metamorfosis embrionaria envileció por los siglos de los siglos
abril es un recuerdo que brota de la angustia tormentosa
del deseo insostenible de regresar al discurso lleno de amor lleno de patria
abril no se repite como la página de un cancionero manoseado
ni con el verbo irritante enredado en la montaña que no existe
ni en el caracol de estos febreros abigarrados
y aquel septiembre manoseado por el odio tragado sorbo a sorbo
en los linderos marcado extemporáneamente
ellos con la triste y dolorosa acusación retorcieron el sueño esperado por tiempos inmemoriales
ahora estas palabras caen sobre nosotros como granizadas que se funden en la piel de los bienaventurados hijos de la patria
los que conocemos
los que no conocemos porque sus discursos no quedaron impresos
en ningún libro
en ningún periódico
de ellos no encontramos ni siquiera una tarja
una inscripción
talvéz porque sus hechos fueron sus discursos
y no se enredaron con la palabra hueca
tampoco con la retórica engreída
y su canto era de palomas y no de buitres
porque para ellos la patria no era un manjar para aves de rapiña. 












Tú como yo


Tu como yo necesitas de la palabra entusiasta
para regir nuestro discurso empantanado en estas grietas ajusticiantes
necesitamos de la dirección del viento para estornudar
después del paso de la pareja perfumada quienes abrasados como uno 
van a la misa de las seis
o al cine de las siete
tu como yo necesitas de la canción aplaudida por la multitud que nos hostiga
por la multitud que no se rinde aun en las más sonadas derrotas
tú y yo necesitamos del recuerdo de la espesa neblina del amanecer
sobre la faz de la tierra por la que suspiramos
de la tierra culpable de nuestras soledades atrincheradas en este filo de muerte insostenible.
















Ellos


Ellos surgían cada día con una antorcha en la mano
despertando auroras
siguiendo el vuelo de las mariposas en la dirección del viento cálido
porque ellos entendían que así construían patria
construían soberanía
ellos levantaron banderas con escudos imaginarios
porque ellos entendían que así construían cielos
ellos en las tardes decidían contar murciélagos perturbados y hambrientos
porque ellos entendían que así construían equilibrio
a nosotros se nos hizo un poco difícil
pues no encontramos mariposas ni murciélagos perturbados.





















Vivencias


Nosotros
aun cuando no entendíamos nada del cielo más nada allá de las estrellas
recorrimos caminos enfangados
interpretando canciones de alabanzas
implorando perdón cuando aun no habíamos pecado
era largo el camino y cada vez más y más pecadores hacían crecer la sabana
perdida en la noche
no importaba el fango el polvo
teníamos que besar el suelo y arrodillarnos
contar las caídas de Jesús y así evitábamos más sufrimientos
y aun así nos sobraba tiempo para contar luceros
estrellas fugaces
el canto de los gallos hasta perderse en la distancia
o en medio de la melodía del “pequé pequé dios mío
piedad señor  piedad”. 
















Nos habíamos negado todo


Nos habíamos negado la palabra empeñada
nos habíamos negado el amor profeso
nos habíamos negado todo incluyendo esas nalgadas de despedida
que siempre fluían de mis manos 
y ya ves
ahora naufragamos en nuestras propias lágrimas que dibujan el cielo erosionado
que dibujan nuestros rostros compungidos
soñamos cabalgando en una espiral que se extiende como una muralla.














Víacrucis


Precipitar el sueño en esta acidificada mezcla de sorpresas y llanto
fue inútil al recorrer el día viacrucis solar
y se detiene el viento que empuja la sangre
y la realidad pierde su balance en este intrincado estado subyacente
donde pude contar los pasos de la adolescencia
la caída de la lluvia
de las hojas de otoño de las flores de amapola
con números leídos del recuerdo
se detiene la fuerza que atenúa la vida y la muerte
se detiene el oleaje de las sonrisas de las multitudes agobiadas
de las multitudes a quienes les robaron el aliento entre un suspiro y otro
a estas multitudes les cortaron las señales reverentes con el recurrente grito
de muerte prematura
desde recién nacidos somos el señuelo de otros
conspiran con nuestras palabras trazando en la pared cada acto
y nos relatan un historial de lo bueno o malo que fuimos
incluso nos prohiben contar las estrellas porque es de mala suerte


















En tiempo de colonia


Ellos transitaban con grilletes en los pies
con campanas y gargantas enmudecidas en el cuello
mientras saldaban la postura señorial de las damas y caballero de cristal
en los salones del palacio virreinal
en las carretas tiradas por caballos portentosos
ellos llenaban las copas sedientas en interminables rondas nocturnas de licor
y de amor imperfecto que agotaba el candelabro en la rutina inconclusa
ellos al fornicar no solo reproducían la vida sino también la muerte en el hijo subyugado
este era el tiempo de la colonia artífice del grito que no culmina.























A mi abuelo


Mi abuelo había muerto antes de que pudiéramos diseñar las palabras para construir nuestro lenguaje
él era de lenguaje poco construido
o mejor dicho no tenía lenguaje
era de palabras poco fluyentes y de gesto decidido
no tenía discurso pero su mirada se erguía frente a la dictadura
pero era de la patria que se acostaba con el sol y que  hoy es añeja
él era el guerrero de sinónimos y antónimos
había abrazado el horacismo
que también era de palabras cortas
él al igual que muchos diseñaron soledades
también construyeron caminos mucho más grandes que nosotros
por el que talvéz no pudimos caminar porque los ignoramos
eran caminos de luchas intestinas 
caminos de sueños desinteresados
con su Casa de Alto había construido un nombre imborrable
un nombre vinculado al sable en cinto
rígido como una mirada enclavada en el horizonte. 

















A mi amigo Rafael



Recuerdas Rafael
cuando quise sorprenderte con sonrisas
tú me sorprendiste con la muerte
este viejo recurso concebido para esconder la vida y la silueta
es tanto y tan viejo que no cabe en esta memoria sorprendida.



A mi madre


Ella es el centro de la tierra humedecida con sudor y silencio tempraneros
desde donde yo broté y me multipliqué por más de dos
ella es el eje donde rotamos los ocho atornillados en engranajes pertinentes
ella encharcada hasta la cintura sonreía porque ese era el pan 
o el medio pan de cada día
que no venía a pedido de garganta
sino a fuerza de recorrer caminos que no están  en los sueños adolescentes
siempre con su rostro decisivo y apuntalado
siempre
con sus pies encallecidos y ensanchados
siempre
con raras excepciones
caminó con pasos firmes y contables de espalda a la noche en la dirección trazada por millares de estrellas que escapaban inexplicablemente
a veces aceleraba sus palabras que nos arrastraban al ladrido de los perros
al trágico maullido de los gatos sediento de amor
y un extraño ronquido de un residente al doblar la esquina nos hacia añorar el sueño poco antes interrumpido
todo aquello en el silencio del amanecer
no podíamos quedarnos atrás
o éramos víctimas del día que comenzaba
ella con pasos fuertes y agigantados
arrastrando la mirada sobre el césped
el asfalto
y el polvo
nos trazaba la ruta cargada de fantasmas que cruzaban las alambradas sin agacharse
porque aquello no era de esperarse
pero era de cumplirse según su palabra
porque su palabra si era el pan o el medio pan de cada día
no era sorprendente un parroquiano con olor a tabaco silbar atemorizado o satisfecho
porque nosotros abriríamos con él las espesas rendijas de la noche
al borde de la ruta trazada por una estrella fugaz que se detenía al despuntar la mañana
nosotros fuimos y regresamos tantas veces al mismo lugar
a diferentes lugares
nosotros fuimos tantas veces como regresamos.


A Oliver



Todo se perdió en la juguetona ruta que trazamos
en tus apenas cinco años de saltos tempraneros
te fuiste cuando aun no había brotado del fondo de las mariposas
quienes abandonaron el tiempo y la ruta que les trazó tu sonrisa desvanecida en esta terrible circunstancia
todo fue tan breve que a estas alturas
seis años después
te siento tan lejos y tan impredecible
y te confieso que no puedo ubicarte en ningún espacio
en ningún tiempo
sin embargo todo lo que tiene vida lo relaciono contigo
aquellos niños desnudos y casi cimarrones
aquel ruiseñor
aquella mariposa de vuelo saltarín confundida en el jardín de pétalos caídos
y el escarabajo
todo aquello que cruza mis puntos cardinales en rutas trazadas por sus instintos
y se da por entendido que en mi lo era todo
era la salida
la llegada
era un constante adiós con tus manos en movimiento pendular
que gran amigo es mi papa  dijiste al ritmo de la melodía del último rayo de sol
esa tarde
no sabias que a partir de ahí todo seria tan breve
y saber que yo había recuperado mis sueños infantiles
y siento no haberte dado lo que merecías
ahora que no estás aquí
te fuiste en un vuelo de nubes cargada de espanto y sin regreso
hoy recuerdo tu última sonrisa
ya no había arcoiris en ella.

 










Ahora que estoy a tiempo


En este mundo globalizado
donde el tiempo tiene serios indicios de pasado y futuro
y el presente es casi imperceptible
no somos hombres fijados con alfileres de cabezas doradas en murales antiquísimos en esta vieja ciudad indiferente y acorralada
somos el expreso que irriga el vientre de la esposa aventurera
en la tibia  penumbra de una noche lunar
la esposa con piel de seda
destellada en la cálida ternura de la aurora boreal
tú detienes el vuelo de las mariposas que rondan el óvalo de mis ojos
en el instante preciso en que te observo arrastrar el ruido de tu hermosura
hasta mi convulsionado interior
ahora que no hay nada que ocultar
puedo
porque estoy a tiempo
quedarme fijamente mirando la silueta de la luna
a través de las nubes erosionadas en esta noche nerysina.



 






Amor y Afecto


Mi amor y mi afecto cabalgan raudos
con anteojeras
definitivamente encarrilados y sin concesiones
dejando huellas como puntas de alfileres en el viento seducido
que ellos arrastran en ruta hacia tu entorno
y sin metas tu has ido forjando en mi un instinto cautivo
una ruta cautiva
un entorno alineado por la rigidez que impones con tu balanceada firmeza
y con esas aviesas andanzas extrañamente pertinentes
hasta los más indiferentes ruiseñores
avistan como me cautivas con tu reír y callar
con tu ir y venir inesperados
que como un péndulo en movimiento finito equilibran mi amor y mi afecto
mi amor porque en él pongo todo mi empeño cotidiano
mi afecto porque en él está toda mi tolerancia
mi amor porque en él se ciñe la vida temporera
mi afecto porque en él se cobija la confianza
mi amor porque en él termina el ego
mi afecto porque en él se desvanece el temor
mi amor porque en él se abriga la ternura
mi amor y mi afecto porque ellos me consagran
porque ellos me dedican  y me fortalecen como una salvaje estampida 
que deja desnudo el  comino perdido que hicimos a fuerza de andar a plantas de pies firmes y puntillas
mi amor y mi afecto no se amilanan aun en la más difícil ruta que trazas cuando das la espalda sin mirar atrás en dirección a lo preconcebido
y ya ves te amo menos infinitamente que lo que te aprecio
tu llevas por dentro la música que  robaste al viento al brotar sonriente la mañana
apuntalando el camino a seguir inscrito en la senda inequívoca
mi amor y mi afecto son el final de la ruta que trazaste a propósito.
















Ahora


Ahora
frente al monumento ágil y casi centenario
observo la lluvia arrastrar el viento bajo las luces de las lámparas de neón
algunos asiduos parroquianos escapar de esta sorprendente ternura
y yo bajo el toldo agonizante
con los brazos cruzados por el frío o por tu ausencia
pienso como me llevas contigo bajo la sombra de este techo impenetrable
sabes que la lluvia recrudece nuestros instintos
y te busco en cada entorno invadido por escasas luciérnagas estelares.
























Alondra


Eres la alondra que vuela a ras de mis intensiones
y a fuerza de contener con tu pecho puntiagudo los segundos que me asedian
solo tu tienes el tiempo necesario para enfrentar las mariposas
que transitan en mis sueños.












Aquella ciudad



Yo había abandonado aquella ciudad
antes de que la partida del tren dejara de ser un rumor perdido entre voces nostálgicas
yo había visto su última travesía en una tarde sudorosa
y a los adolescentes  posar sus oídos sobre  las vías que inesperadamente dejaron de crujir
perdimos el tranvía
perdimos el humo negro en forma de antorcha
y el afán del maquinista también lo perdimos.











Aquí estoy


Aquí estoy
trillando el camino que tu marcaste con tus alas templadas
como una mirada fija en el tiempo erguido
aquí estoy al lado de esta puerta cerrada salpicada de la lluvia inesperada
arrastrado por estas corrientes musicales en oleajes finamente concebido
al ritmo de tu sonrisa centenaria.














Aquí tu y yo


Aquí tu y  yo
perfilándonos como buenos ancianos con la vista fija en el crecimiento que no percibimos de la indudable patricia
acomodando la historia para no ser regañados por la indolencia
de los incesantes parroquianos
jorobados más por el alcohol que por los años
en estos años de presbicia necesito acercarme
y sin embargo yo también me caigo de cabeza y hombros
y si tengo sonrisa es porque en mi rostro se refleja la tuya
porque hace tiempo la vi caer entre mis pies como cristal despedazado
y allí  infinitas veces tu sonrisa  milenaria
debes saber que solo sonrío porque creo llevar tu dulzura conmigo.





















Aun cuando no sabía de ti



Aun cuando no sabía de ti
te observaba rondar en el óvalo de mis ojos
como gaviota pescando el silencio en el entorno de la sonrisa del alba
y metiéndose en las acuciantes brechas del entorno
se forjaron las marcas indelebles en nuestros cuerpos
rumbo al fin de los sueños cautivados
ya en el recodo de los años intermedios
la brújula torció su pico hacia el suelo convulsionado
perforando los sueños marcados en nuestros rostros
y las luciérnagas nacidas en cada estornudo
aun cuando no sabia de ti
te observaba en cada vuelo de mariposas.







Barbero


Barbero es un nombre que a veces usamos en la distancia compungida por la edad paterna
y que al oírlo construimos en nuestra memoria un conglomerado rural  silvestre
con cayenas en las aceras humedecidas por el llanto de las nubes parturientas
y que solo está en el diccionario sin alfabeto que construimos de adolescentes
nosotros en nuestras andanzas también construimos caminos que hoy recorren hijos de padres contemporáneos
ahora barbero ya no es la frontera
ni el cruce del puente en ruta al cementerio
ni el cruce del ferrocarril
solo es el recuerdo de la riada en la memoria de los que todavía recuerdan el caballo blanco arrastrando la carreta fúnebre
barbero era una ciudad
era un río que fluía en la cristalina corriente del recuerdo
y cuando suelo caminar por la memoria
me doy cuenta que de aquel lugar solo yo he cambiado
el mismo cause del río
las mismas calles
los mismos arboles sino parecidos
los mismos muchachos maroteros
el mismo fefelo el flaco a toque de viento cálido
los mismos profesores   
la misma álgebra
el mismo barbero
solo que ahora corre por él la nostalgia que desemboca por cada calle interrumpida
allí la tierra no gira tan rápido alrededor del sol
gira veloz alrededor del ir y venir de los que traen marcadas sus espaldas
a este pueblo que ocasionalmente llamamos barbero le cortaron las alas
en la soberbia aurora que retoñaba con el silbido de viento del otoño
y pienso que habrá una nueva oportunidad aunque no haya alas ni hojas caídas.
















Cálido


Doy vueltas en el recodo cálido de tu memoria vaga
viajando en el eje sin fin de tus ideas a veces un tanto tórridas
doy vueltas en mi mismo
empantanado en tu cause
y allí al doblar la mirada
un ventilador esparce tu sonrisa más allá de tu aura
venciendo el silbido del viento perturbado.

















Conteo regresivo


Todos aquellos que supieron el conteo regresivo murieron
y yo todo poderoso decreto que a partir de hoy
todos aquellos que no sepan el conteo regresivo morirán también
porque aquí las faltas no se tapan
se borran.











Ellos y nosotros


El tiempo apuraba para convertirse en pasado imperfecto
en ese instante originarios abandonaron el vértice
y marcaron otras tierras habitadas por ellos mismos
ellos y nosotros cantábamos la misma canción en el mismo lenguaje
hasta que se desprendió la tierra
ellos habían aparecido en el pangea
nosotros en el cretáceo
pero antes la estampida  y nosotros nos quedamos sin elefantes y sin invierno
en el vértice había tanta confusión
unos mataron a otros
otros esclavizaron a cientos
cientos marginaron a miles y miles a millones
nosotros no nos hemos levantado todavía del  estiércol y del fango
ellos y nosotros debimos destruir el vértice antes de nacer
porque ahora nosotros traemos la nostalgia de las multitudes dispersadas.










Esos niños




Esos niños que juegan agarrados de la mano como carrusel
no saben de ayer
no saben de hoy
no saben de mañana
ellos no manejan el tiempo necesario para conocer la rotación de la aurora
la infinitesimal evolución de la vida circundante
ellos solo saben de mariposas
de arcoiris
de nubes que se acurrucan como animales flotantes.















Esta vieja ciudad


Esta vieja cuidad es como una aureola en forma de caracoles
con superficies almidonadas quebrándose al paso del sol amurallado
y allí frente a la mirada fija de millares de inocentes palomas
el portón de la catedral tragando soles hasta dejar el día sin aliento
y metiéndose la noche
el gruñido de las adolescentes peleándose el pene de un italiano o francés
sin importar la indiscreción de los parroquianos
el ladrido de los perros
el oído de las paredes o la ternura de la noche
esta vieja ciudad ha remozado sus marcas coloniales y las imágenes octubrinas en los surcos marinos dejados por cada fantasmagorizado barco de velas
y las multitudes que van o vienen por las mismas callejuelas 
se han remozado también
cuidándose de no usar las mismas palabras que don Diego
el mismo grito de montesino
y las inestables danzas de los caballeros y doncellas.



























He venido


He venido desde lejos
multiplicando pasos y besos
contando cadáveres de estrellas diurna  para echarlas a tus pies
he venido desde lejos para reiterar que somos una estela de hechos inconclusos
en este retorcido universo empujado a pasos agigantados hacia nuestros abismos.





















Hoy


Hoy
tu cuerpo se ha reducido hasta la hermosura escalofriante
y como resplandecientes soles
el destello de tu sonrisa
que es la espada  con que me apabullas en esta batalla de sueños eternizados
ella atraviesa los muros y las distancias convulsionadas
y se  fija en mi como una memoria milenaria
hoy
a pasos estacionales
entre los ayeres y los después
estoy danzando al ritmo de la música de tu tiempo
atrapado en  un nudo que retuerce mi garganta y me quiebra el lenguaje
hasta quedarme sin palabras
o lo que es lo mismo
sin poder decir te quiero
que linda estas.













Inmemorables

Desde tiempos inmemorables  hemos visto pasear las gaviotas
a través del hilo gris del atardecer
rumbo al filo de lo imprevisto
con desesperado silencio de muerte
y que está quedando en el vértice añorado por las doncellas celestinas
solo el fondo oscuro y turbio del crepúsculo
porque vinieron enormes redes y arrastraron tumbas
tumultos y los más aguerridos sobrevivientes
para que todo estuviera vacío en el advenimiento
pero no pudieron deshacer los puertos minados con millares de sonrisas adolescentes
recordemos que no habrá sueños
ni huecos
ni muros
ni eternidades
tampoco nosotros para narrar las nuevas crónicas poscolombinas.











La muerte de los perros


En el fondo de esta ciudad atardecida
marchan los perros tras los automóviles veloces y humeantes
con  ladridos armonizados en el tiempo letargado
hasta alejarse juguetones al doblar en una esquina convencional 
el más viejo marcando sus pasos de final abrumador de zafacones y carnicerías
atenuado por la espera sofocante
el golpe del muchacho vagamundo
y el aullido lejano lo encaminan al final austero
bajo el piso de la antigua casa de madera frente al ferrocarril
en el centro de esta ciudad quejumbrosa y centenaria
sin aplausos
sin el recuerdo de los trenes de carbón 
sin oídos ni voces para clamar y dejar de ser ciudad arrinconada
ciudad de ladridos nocturnos como queja o llanto de lobo solitario
que a decir de los antepasados anuncian la muerte
en cualquier lugar
en cualquier momento
y sin dejar huellas otra manada de perros sin sueños deambulan entre la amenaza y el miedo
a ellos igual que a nosotros
nos amenazan las generaciones que nos empujan a fuerza de multitud perturbada
nosotros también marchamos a saltos sobre los travesaños de la vía del ferrocarril al ritmo de los tiempos de adolescentes
sin referencias y con grandes sueños que se fortalecen o se debilitan
como el movimiento  pendular finito  de una mano diciendo adiós
ello produce la misma nostalgia que la muerte de un plantel de mariposas encantadas.







Mi vía latea

Mi universo solo tiene una estrella que flota onduladamente
la cual llevo conmigo en mi entorno estelar
y me envuelve como un serpentín en flujo de ida y regreso
esa estrella eres tu
quiero y ansío besar su luz  cráteres
y su silueta en el mar
Hoy
cuando ya has rebasado la inocencia
quiero que sepas lo que te espera de mi
cuando inevitablemente te hayas rendido
yo soy un ejercito que persigue a esta guerrillera en cada arbusto
en cada bosque
callejuela
luces 
en mi fotografía
en mi estante
en las páginas de un libro que no se agota.
























Nostálgico o triste


Cuando la lluvia cae
empieza uno a sentirse nostálgico o triste
como la otra tarde
frente al silencio que guardaron tus ojos salpicados de ternura.


















Nuestro amor



Nuestro amor es una espiral hacia la muerte con escaleras de segundos
es un instante marcado a destajo
en este anclado sin fin vespertino
mirando pasar apresuradas las nubes que se quedaron atrás
en su interminable carrera de ida. 
















Olor a lluvia



Con olor a lluvia despertó la mañana
erguida
tratando de ignorar las ambigüedades del tiempo sudoroso
y el ímpetu del sol apantallado al florecer el día
marcaba el sendero implacable que nosotros ayudamos a construir con nuestros pies encallecidos
Él era el camino sin rótulo que todos leíamos y conocíamos
nosotros construimos también las alambradas interminables que bordeaban nuestros recuerdos.









Perfil

He caminado hacia tus alrededores a través del marco de tu sonrisa cargada de silencio
con el temor de ser envuelto por las llamas que brotas
y el goteo de tus pasos marcados fijamente más allá del asfalto y del concreto
este es el desafío en el entorno de tu austera postura 
levantar tu rostro mientras sonríe impecablemente
levantar tu cuerpo tibio mientras te desnudas vergonzosamente al ritmo de lo impredecible
ya no hay barreras para lo expresado justo a tiempo
ellas se quebraron con el último grito del amor arrodillado entre espinas y jazmines
lógico parece ser que no he podido desatar el nudo que  retuerce mi  garganta y me quiebra el lenguaje
y no se que hacer frente al remolino tenaz que no me libera
y que yo no quiero que me libere
Él es mi movimiento en este augurado perfil  fertilizado con tu impresionante destello
déjame entrever que crecemos
en este vertiginoso andar de espalda hacia lo reiterativo
déjame entender que crecemos 
apostados en el filo de esta desbordante hilera de ternura.  y que no se rompa
antes debo recoger el sudor de mis manos temblorosas
en la proximidad de tu andantina figura   
que no se detiene al inicio o final del sendero indeleble que dejaste a propósito
nosotros somos hijos de la propuesta soberana de estar sobre la faz tierra
y dejarnos llevar por el instinto de esta quebrantada soberanía
porque con este privilegio
a duras penas podrán reprocharnos el atrevimiento de romper la barrera del silencio y del desbordamiento
tu y yo no podemos detener el río cuando crece
el río debe desbordarse a su antojo
y cuando las aguas retornen a su cause
que se desborde de nuevo
y no dar oportunidad a los saltos del calendario lunar
es ahora nuestro tiempo
mañana será el tiempo de los demás
porque ellos nos desplazarán sin rencores 
recordemos que todos “somos sobrevivientes del día que acaba de pasar”
y endurecido tu cuerpo labrado con azadas y llamas
has podido construir caminos  a fuerza de andanzas   
donde cada paso es una cima antorchada
y el gesto lúgubre de una interminable hilera de mirones
descansan sus ojos en la distancia enturbiada por los nubarrones
esos nubarrones que se espantan cuando abandonas tu cubículo
porque a decir verdad
tu tienes la hermosura que me hostiga y me empuja hacia tu entorno.
 



















Quiero


Todos hacemos una vida de interrogantes a veces apresurada
otras veces callada como una ciudad tierna
pero quiero a riendas sueltas
recorrer sin comas ni asteriscos
todas tus exageraciones inconclusas
y aclamo para que un virus destruya tus programas y los míos
se apague este entorno de muros incesantes construidos de segundos
que no se aplacan
hay en tus alas la música que levanta el viento alrededor de lo que tocas
como la sinfonía que brota de tus ojos cuando buscas afanosamente
en tus alrededores lo inesperado
más allá de ti no hay nada más que la silueta del recuerdo
y tenemos a nuestra disposición la palabra hecha a fuerza de intensiones pregonadas en la dirección del viento que se multiplica y se repite cuando despiertas la mañana
tu eres el ruiseñor que esparce su música al despuntar el día
mientras nos dispersamos minuciosa o apresuradamente
en el interior del hoy convulsionado.























Solo



Tu estas solo
y que bueno que estas solo
porque ahora sientes estar en la línea de la guillotina
con la que cortaste el grito de tu pueblo
mejor dicho el grito del pueblo de los demás
pero ese grito se levanta del polvo de chile
y te retuerce los oídos
ya no hay público en tu escenario que te ayude con el remordimiento
yo sé que esta soledad es tu soledad de ayer
tu soledad de siempre
solo que ayer estaba envalentonado con la música de la metralleta con la que mataste a miles de Allende
centenares de Neruda
decenas de Víctor Jara
y como es lógico una lista interminable de indocumentados
con esa misma música
con la que mataste el vuelo de los pájaros cantores de libertad
le abriste las endijas a las sanguijuelas
y desangraron a este chile clamoroso
mientras le ponía música  alcohol y sangre a tu soledad
ahora  estás viviendo el juicio de la historia
porque siempre creíste que las arrugas acabarían primero con la historia que contigo cuando estuviste en el borde supremo de la ignominia
que ingrata es la historia señor Pinochet
y saber que te sientes ahora como un cerdo con el lazo en la garganta
apretado por multitudes que te reclaman
y ahora tu único amigo cuelga en tu cintura y se pudrirá contigo
y alguien te escribirá diciendo la tragedia es ave migratoria. 


                            …………la tragedia es ave migratoria.                                                 Mario Benedetti













Somos materia


Mira cuan difícil es mantener en silencio la materia viva en tu cautivante entorno
porque a decir verdad es tu sonrisa la que me multiplica
la única capaz de quebrar mis paredes cuando justamente cruzas el pasillo de semiluces rectangulares
tu motivas mis palabras fluyentes y cautivantes
no interrumpas el torrente que me arrastra hacia nuestras desigualdades convergentes expresada a través de la palabra justa
en el momento preciso en que se desvanece este marco lógico trazado por la infinita marcha de esta apacible historia 
claro no tengo perfiles asociados a ti en la referida imagen de estos estereotipos
porque sin dudas tu llevas siempre una aurora contigo
y me detengo frente a tus soles tempraneros
donde también me multiplico por lo menos por dos.

















Todos los Amaneceres


Todos los amaneceres
el mismo grito dejado por huellas marcadas a destiempo
y  una sonrisa de río en la cascada
el látigo feroz del frío al pie de la mañana
mojando el surco gris de tus ojos de mariposas
al ritmo de la danza de tu cuerpo fértil
después el hostigamiento de tu pecho soberano
en la fase imperceptible de este juicio vertical
ahora que no hay nada que ocultar
puedo quedarme fijamente explorando tu mirada. 





















Viento verde



Esas ramas
mira como mueven el viento verde y desorientado en el instante que partimos
con los bríos vencidos de tanto escuchar
ahora  te siento tan lejos y callada
sin embargo yo espero
la ruta termina en mi pecho
que hoy está atosigado de barreras y temores.



 




















A Carmen Germán


Esta tragedia naufrago en el viento lúgubre y nocturnal
sin espacio
sin tiempo
tu y nosotros hacíamos espacio para contar historia dulces  amargas
tristes
pero jamás hicimos espacio para una ultima historia tuya al final de la escalera
y te creí
y noté que ese era el último arcoiris de tus  iris vacilantes
dejamos de sonreír el uno para el otro
de contar historia el uno para el otro
y allí prácticamente terminó nuestra complicidad
yo te entiendo igual que al arcoiris cuando corta la lluvia de la deslluvia
cuando bebe el agua del río
tu y yo nos conocimos juntando los extremos del arcoiris mientras nos prestábamos algunos libros
algunos apuntes talvéz
y terminamos como hermanos uncidos en nuestros propósitos
y que pena
a mi me tocó contar la ultima historia al frente del rectángulo preciso y oscuro
que llamamos tumba
y que yo estoy seguro
nadie hizo para ti.




















Como el arado


Ahora me toca retorcer el camino construido de mariposas
alejadas de la primavera por el viento cargado de nostalgia
y me abrumo……
porque los besos y sonrisas no pueden ser ahora marcas del recuerdo
deben ser continuidad como hilera de segundo hacia lo eterno
porque de seguro tengo el arcoiris de tus ojos envuelto en el cuello
negándose a borrar la estela de amor dejada por gestos que presagian el retorno
y que ahora un horizonte rígido cubriendo su sonrisa con el manto perfumado del mar
se niega a parpadear
tu cicatrizas mi interior como el arado a la tierra
y con tinta indeleble escribes la palabra amor sobre tu imagen en el espejo
sin presagio me abrigó la presumida aurora
y aun no despierto
porque este entorno es pesaroso. 
















Por mi abuelo


Con sueños arborescentes
al final del crepúsculo matutino
se levanta rugiente con tono leonino
con la sencillez de lo exhausto
con la mirada regia como un movimiento
porque sin mucho empeño mi abuelo si era a decir verdad
erguido como un metal forjado
como un monumento
de sueños rígidos
de párpados simulados
no recuerdo haberle contado la sonrisa
además solo sabia contar el uno dos
y él no me lo permitía
mi abuelo era mujeriego 
era gallero
era guerrero
y al término de las revoluciones
sin Horacio y con Trujillo posó su espalda erguida sobre el pecho de una mecedora
sin contar los hechos
dando palmadas a nietos unas veces
y otras abriendo caminos con su mirada recia como una antorcha
mi abuelo fue Horacista
José Sinencio era de la patria
y sin embargo nunca nos enseñó el himno.

















Cuando aun éramos adolescentes


Eramos adolescentes
cuando ya nos habían empeñado la palabra
y fuimos creciendo entre cantos de alcaravanes
martinetes
el susto de los rolones en los pastisales
entre conciertos de la banda de música del pueblo y el bullicio de la escuela
fuimos despertando y la palabra seguía empeñada
quisieron callarnos cuando nos negamos a pagar intereses
al presentarnos factura
nos compungimos mientras diseminábamos héroes por los cementerios húmedos                    y quejumbrosos
hasta lloramos irritados
entonces nos revelamos recatamos la palabra  el pudor y el orgullo
pudimos además pregonar la poesía y la rutina
duplicamos las pancartas  los afiches y el panfleto poco conjugados
izamos banderas
hicimos y deshicimos conflictos
se nos irritó la mucosa
y estornudamos sin riesgos en nuestras propias manos.






















Confundidos

Nosotros observamos tantas veces broncearse la mañana
esfumarse el olor a estiércol y a barro recién manoseado
agrietarse la aurora por la turbulencia del entorno
construimos vainas para enfundar los sueños que yacían atrincherados
en el fortín hecho de fantasía que volaron como el viento tenue
fuimos confundidos por la telaraña acicateada
por la continuidad de lo entredicho
yo he visto agrietarse el umbral por donde siempre observé tu gesto templado
y afable















Temores


Hoy tengo la sensación de que son menos los días por delante
que los que he vivido
aun no entienda que he vivido suficiente
recuerdo cuando aun llovía incesantemente en mayo
las procesiones nocturnas  siempre de ida
el verano era ardiente como hoy y talvéz como mañana
recuerdo el fogaraté esparcido en el viento y el miedo a quedar mudo
el temor a ver un reptil de pie mas si era semana santa
y nos callaban desde el jueves a las diez hasta el domingo de resurrección































No cambian

La tempestad no cambia de dirección
aunque en su ruta hayan recién nacidos
las bombas no cambian de objetivo
aunque en aquellas hileras no hallan asalariados
























A esta ciudad


A esta ciudad la estrangularon con sus fantasmas en brazos
con su agonía entre sus células petrificadas
a esta ciudad le alquilaron un sepulturero que no supo quien ni cuando
porque nunca volteó su rostro levemente marcado al final de cada crepúsculo
esta ciudad cayó mortalmente herida por la espalda donde le colgaba un escapulario
que no suele ser indiferente
esta ciudad ha enajenado su memoria
su sonrisa
confundido su norte
apabullado el sur que nunca sonríe
esta ciudad tiene escrita una lápida en el pavimento pisoteado por multitudes indolentes que han ido perdiendo sus voces pregoneras de mañana en mañana
de neblina en neblina
a esta ciudad le brotaba el grito de las paredes parturientas de sueños
henchidas de historias
donde cada hombre llevaba una cruz de polvo del miércoles de ceniza como estandarte
y aun así la palabra empeñada había perdido su gesto invaluable
a esta ciudad le perturbaba el hombre descalzo
el niño desnudo
y la niña hecha mujer sin conocer la escuela
sin conocer el alfabeto
sin saber además que con ello  se irían los sueños por lo que a veces morimos
a esta ciudad le perturbaba perder el aullido de los perros hambrientos
el sonido de la campana del domingo en la iglesia
la sirena de las siete
la llegada y la partida de los muchachos de la escuela
la llegada del primer carro fúnebre
la ida de la carreta tirada por caballo 
el domingo de ramos
sin embargo esta ciudad agradece infinitamente entender el requién
que para bien dejó de ser en latín
a esta ciudad le cortaron las venas cuando ya estaba desangrada.




















Tu recuerdo

Yo llevo tu recuerdo como un sueño estacionario en cada una de mis historias
te recuerdo dibujando auroras cortadas por la lluvia
contando los colores del arcoiris una y otra vez
contando las últimas gotas de lluvia que caían del techo
a golpes de la pluma que usabas mientras estabas justo en la ventana
mientras te quitabas el zapato derecho
y sin mirar te lo ponías de nuevo como si no te enteraras
moviendo tu rodilla derecha sin darte cuenta como un péndulo
y yo te observaba
recuerdo como me mirabas mientras te marchabas como si no quisiera irte
al tiempo que el viento arrastraba las últimas hojas juguetonas por el pavimento.
















A mi abuelo


Mi abuelo había muerto antes de que pudiéramos diseñar la palabra para construir nuestro lenguaje
él era de lenguaje poco construido
o mejor dicho no tenía lenguaje
era de palabras poco fluyentes y de gesto decidido
no tenía discurso pero su mirada convulsionaba frente a la dictadura
pero era de la patria que se acostaba con el sol y que  hoy es añeja
él era el guerrero de sinónimos y antónimos
había abrazado el horacismo
que también era de palabras cortas
él al igual que muchos diseñaron soledades y angustias
también construyeron caminos mucho más grandes que nosotros
por el que talvéz no pudimos caminar porque los ignoramos
eran caminos de luchas intestinas 
caminos de sueños desinteresados
con su Casa de Alto había construido un nombre imborrable
un nombre vinculado al sable en cinto
rígido como una mirada enclavada en el horizonte. 
El nombre que recuerdo de él, es José Sinencio Cepeda.













A mi amigo Rafael



Recuerdas Rafael
cuando quise sorprenderte con sonrisas
tu me sorprendiste con la muerte
este viejo recurso concebido para esconder la vida y la silueta
es tanto y tan viejo que no cabe en esta memoria sorprendida










A mi madre


Ella es el centro de la tierra humedecida con sudor y silencio tempraneros
desde donde yo broté y me multipliqué por más de dos
ella es el eje donde rotamos los ocho atornillados en engranajes pertinentes
ella en


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