Poemas de Abel Cardejal - Ideas Que Esperan Una Pera

Abel Cardejal - Ideas Que Esperan Una Pera

El historial me convocó 25 capítulos en relatos breves del vociferado. María emigró a Colombia muchos años después, pero Ana, se quedó en la Habana con su madre Mariana. Mientras que el Comandante y el Capitán se debaten los galones con vasos de ron. Vuelven ideas que esperan frutos del autor imprudente, que recuerda Lo poco que duró una relación sin haber iniciado el cortejo. Recuerdo a esa Mona acaudalada en dólares que se quedó sola y de Silla a silla, el personaje enamoraba a una inseparable sin declararse. El autor se inmiscuye en el pellejo de una hija que tiene una madre silente y ella dicta el titular del conflicto diciendo; Mami he crecido. Historias sociales en fauna defensa de la faena taurina o del circo modelo, para Mollera del torero y el Circo está sin carpa. El hombre nuevo está por volver en años luz y busca una segunda venida por los agnósticos. Avísame si sí o si no, que estoy buscando una respuesta hace horas, por ser un exigente romeo. Ella estaba enferma por un mal familiar que heredó de su padre, pero yo le juré que Se va curar y la Peinadita de esa dama que convivió con su silueta de esposa. Ella Se enojó con todos por culpa mía, porque yo estaba enamorado de mí y la señorita del hospedaje intercambia el Mismo plato cada mañana con la noche.
Mis ideas se nutren del Soldado que respira agonizando por el fusil de contrato firmado y en algún lugar de Europa él le expone que está Feliz contigo viviendo en Berlín o Madrid. Las ideas esperan una solución despechada para los engaños a domicilio y eso lo relató el chofer de la señora Elsa Cosme. El sujeto cobarde dicta las suplencias de un cambio de vida y Me retiro de esta mancha que duele sazonada. Estresa me advierte que el mundo se muere en vida por la falta de imaginación y me estreso de tantas ideas que son frenadas a empujones. La solterona amiga del mundo, me enseñó a recordar su pasado, hablándome de Sandy. Si lo he dicho mal, les pido perdón para que me sentencien a escribir ideas que matan con rifle de lapiceros. Hoy me recosté en ese Muro del pasado que soñó con ser un autor idealista y te espero en ese lugar donde el plantón me dejó desalentado. La vida se termina en una Lápida frecuente para los mortales y escribo historias distintas de difuntos que calman la creencia del resucitado. Mamijita, relata la historia de una mamita y su hijita que respiran el mismo aire familiar. Las imágenes me dictan los detalles de un huerto en frutos maduros, para el trabajo mental del escritor que busca ideas que esperan una pera…

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